Cesto de los tesoros

Morder, chupar, golpear objetos, lanzarlos lo más lejos posible, agitarlos… serán otras de las actividades que veréis en los/las bebés que tengáis cerca. ¡Pura etapa sensorial!

¿Qué es el cesto de los tesoros o la panera de los tesoros? Como su propio nombre indica, es una cesta o un recipiente, no muy profundo (para que puedan acceder a los objetos de forma sencilla), en el que se colocan diferentes materiales sensoriales (aproximadamente unos 50 o así), que no tienen una finalidad única y predeterminada, sino que están pensados para que puedan ser manipulados libremente por el/la bebé, favoreciendo así su curiosidad a través de la exploración y el descubrimiento del entorno. 

La panera de los tesoros fue diseñada por Elinor Goldschmied y fue la antesala para el futuro desarrollo del juego heurístico. Una actividad maravillosa indicada desde que pueden sentarse por sí mismos/as, hasta que pierdan el interés, aunque realmente recomendamos esperar a que ya gateen para ofrecérsela. Este será el momento para verles disfrutar de su panera de los tesoros en todo su esplendor, ya que lejos de la imagen idílica de un/a bebé seleccionando el material sensorial de uno en uno, cogiéndolo y dejándolo en su sitio, no es más que eso: una imagen ideal. 

El juego con la cesta de los tesoros suele ser más bien caótico y todo terminará como un campo minado de objetos por acá y por allá (recomendamos por tanto poner dentro solo aquella cantidad de objetos que estéis dispuestos/as a recoger). Es probable que la vacíen toda de golpe para ver todo lo que hay dentro, que intenten entrar en la propia cesta, que se la pongan de sombrero... Dejarles explorar a sus anchas durante todo el tiempo que les plazca es una de los aspectos más importantes a tener en cuenta por la persona adulta.

Nuestra selección de materiales para esta cesta de los tesoros está especialmente cuidada en este aspecto, porque queremos que las primeras experiencias sean verdaderamente sensoriales. Para los/las bebés, el sentido de la vista es quizás el menos desarrollado, así que se decantarán más por coger con las manos, aunque es bastante probable que se dediquen a tocar todo con la boca. 

No tengáis prisa por ofrecerles juguetes para bebés, dejad que descubran sus manos las etiquetas de la ropa, la textura de las sábanas y todo lo que se les ponga por medio. Poco a poco les iréis conociendo y ellos y ellas os indicarán cuándo necesitan más cosas para explorar. Para cuando llegue el momento, tenemos un montón de materiales para estimularles sensorialmente poco a poco.

No encontraréis dentro de esta selección de materiales para el cesto de los tesoros nada estridente, ni muy llamativo. Está expresamente hecho así, porque nuestra sociedad es de hecho hiperestimulante y llena de color y ruido, así que desde Jugar i Jugar queremos invitarles a explorar desde la calma, desde la percepción sensorial.

Tener cosas con temperaturas sorprendentes, como el acero inoxidable, texturas rugosas, lisas, maderas más porosas, más pulidas, formas redondeadas, sonidos agradables... es una buena opción para llenar esta etapa de juegos sensoriales.

No dudéis en completar vuestra cesta de los tesoros con cualquier material que tengáis por casa o en el aula, siempre y cuando sea seguro, para que haya una verdadera renovación de estímulos sensoriales y no se aburran al ver siempre lo mismo. Peines, telas, rollos de cartón, utensilios de cocina de madera, esponjas, botes de cristal con objetos dentro para que suenen… lo importante es ofrecerles una completa variedad de pesos, texturas, formas, temperaturas… lo más grande posible para que puedan explorar de forma enriquecedora.

¿Qué habilidades se ponen en marcha cuando juegan con la cesta de los tesoros? Pues en primer lugar, la autonomía, ya que ellos y ellas se dedican a explorar de forma libre sin las directrices del adulto, eligiendo qué quieren investigar y de qué forma en cada momento. También la concentración y la atención, ya que es uno de los juegos para bebés que más suele gustarles y a los que dedican tiempo para la exploración en calma. La motricidad fina también se pone en práctica en la manipulación de los objetos (la pinza, el agarre, la prensión…) y en la coordinación del cuerpo para ir alcanzando los objetos deseados que hay en la panera.