Pistas de canicas o fichas

Nos encantan los circuitos de construcción que utilizan canicas, porque al introducir el movimiento y las leyes físicas más fundamentales, añaden una dimensión muy interesante a las creaciones que pone en marcha circuitos mentales complejos y divertidos. 

Construir para luego hacer recorrer una canica o una bola (para los/las más pequeños/as) a favor de la gravedad, que se deslizará por la construcción tal y como hemos previsto en nuestro diseño, es magnético. Porque significa construir con una finalidad concreta y sabemos que hay niños y niñas que es precisamente eso de tener un objetivo final lo que les entusiasma. El juego, como definición, se supone que no tiene una finalidad, jugamos por el placer de hacerlo, pero tener a veces objetivos nos hace entrar en el juego desde otra perspectiva que para nosotras también es válida. 

En esta sección se pueden encontrar diferentes circuitos de canicas o bolas, que incluyen propuestas para niños y niñas ¡desde 1 año de edad! Aunque es verdad que a esa edad todavía no son capaces de construir nada, y mucho menos diseñar algo tan complejo como una pista de canicas, les encanta tirar las bolas y verlas moverse una y otra vez, con el sonido cadencioso que conlleva.  

A partir de ahí,  también tenemos circuitos de diferentes complejidad que incluyen circuitos de canicas de madera o pistas de canicas de otros materiales, como el plástico o el metal que conforman el Gravitrax. Además, hemos ido seleccionando y rastreando en el mercado un montón de complementos y extensiones de esos circuitos de canicas básicos, que pondrán a prueba un montón de habilidades y requerirán una experimentación más precisa con la gravedad, el movimiento, el peso, la resistencia, la pendiente...

Y una pista de canicas que nos tiene maravilladas desde siempre, que también podréis encontrar en esta sección, es el Xyloba, que es quizás un juego poco conocido pero, como pista de canicas, no nos da miedo afirmar que es una de las mejores del mercado. Al menos para nosotras, que de hecho lo hemos tenido en nuestras propias casas para probarlo y testar hasta la infinidad las grandes posibilidades que tiene.

Lo que hace especial a Xyloba es que es una pista de canicas sonora, especial para crear música a través del movimiento. Entre sus rampas, torres, caídas… se van colocando piezas de xilofón de forma estratégica para crear diferentes composiciones musicales. Experimentación, sonido, escucha, ritmo, melodía, silencio, repeticiones… ingredientes mágicos para la infancia. Los xilofones, además, pueden usarse como instrumento musical, siendo un material con altísimo valor pedagógico.

Como véis, una sección muy completa de circuitos de canicas y bolas, para todas las edades y para experimentar sin fin con la física más elemental.