Qué es el juego de riesgo, cómo fomentarlo y acompañarlo

No es ninguna casualidad que hayamos elegido la reciente celebración del Día internacional del juego para empezar a presentaros todo lo que hemos estado estudiando desde hace meses, el juego de riesgo, tan importante en la vida de los niños y que parece estar en peligro de extinción.

A los adultos nos asusta la palabra riesgo, y nosotros pensamos que es porque desde hace unos años, el juego de los niños está cada vez más vigilado y controlado.

Hemos puesto a los niños a vivir una realidad paralela con la intención, aparentemente buena, de prevenir posibles accidentes o de evitar que se enfronten a situaciones difíciles y al hacerlo, no nos damos cuenta de que les estamos privando de vivencias absolutamente esenciales para su desarrollo.

¿Qué significa el juego de riesgo?

Son todas aquellas actividades o juegos que los niños buscan de forma innata e instintiva, que les supone un reto físico y que les lleva a un final incierto, sin embargo, son situaciones que los niños saben identificar y decidir si las asumen o no.

¿Cuándo comienza el juego de riesgo?

Desde bebés ya tomamos riesgos. El primer ejercicio de girarse desde la posición boca arriba para ir boca abajo es un paso a una situación totalmente nueva y desconocida, pero la hacen respondiendo a una necesidad de exploración y la repiten hasta que consiguen perfeccionarla para poder conseguir un reto nuevo.

Riesgo no significa peligro

Por tanto, no es un fomento a la imprudencia, ni una invitación a ser temerario, y tampoco se trata de exponerlos a situaciones potencialmente peligrosas. Para diferenciarlo del riesgo, el peligro son situaciones que los niños no pueden reconocer y que por tanto necesitan aprender de los adultos. Un buen ejemplo es cuando un niño está trepando un árbol y el adulto puede reconocer una rama seca, pero el niño no.

¿Cómo podemos fomentarlo?

La base del juego de riesgo es confiar en las capacidades de los niños. ¿Cómo construir esta confianza?

Permitiendo que asuman pequeños retos desde muy pequeños, o a partir de ahora, si no lo han hecho todavía. María Montessori lo resumía en una frase:

"Cuando ahorras al niño el esfuerzo que él podría hacer, le estás impidiendo crecer"

¿Por qué debemos facilitar el juego de riesgo?

• Porque queremos y necesitamos que los niños hagan caso a su intuición por encima de la de cualquier otra persona, incluidos nosotros, los padres y cuidadores.

• Porque una de las cosas más peligrosas que podemos hacer cuando les acompañamos, es privarles de las experiencias que les permiten evaluar riesgos y tomar decisiones al respecto.

• Porque es la única vía que tienen para construir la capacidad de discernir lo que pueden hacer de lo que no.

¿Cómo acompañar este tipo de juego?

Una de las principales dificultades a las que nos afrontamos son nuestros propios miedos, si no te sientes seguro con lo que están haciendo, puede ayudar mucho diferenciar tus miedos de los suyos, esto provocará una comunicación más asertiva.

En situaciones de riesgo, los adultos expresamos lo que nos decimos a nosotros mismos y que suele ser lo que nos dijeron cuando intentamos asumir riesgos durante nuestra infancia:

¿Dónde nace el concepto y la categorización de Juego de Riesgo?

Ellen Beate Hansen es profesora de psicología educativa y del desarrollo en la Universidad Queen Maud, en Noruega. Es reconocida por su tesis doctoral "El juego de riesgo" para optar al grado de Doctor en filosofía (2009).

Beate entrevistó a niños y personal de los centros preescolares noruegos sobre el tema del juego de riesgo, y lo combinó con la observación de juegos al aire libre, tanto en los patios de recreo como en áreas naturales.

Tipos de Juego de riesgo

Los resultados de la observación de Ellen Beate son reveladores e identificó 6 categorias de Juego de riesgo:

Con esta categorización hemos realizado nuestra selección de materiales que puede acompañar y fomentar el Juego de Riesgo.

Y si necessitáis libros inspiradores sobre este tipo de juego, aquí os presentamos nuestra recomendación.

Conclusión

Nunca es tarde para empezar a facilitar este tipo de juego, incluso si antes no ha habido una preparación previa, es posible a los 2, 5 o 15 años. ¡Siempre es un buen momento para descubrir que los padres confían en nosotros!.