¿Necesitan extraescolares antes de los 8 años?

Antes de los ocho años es más importante jugar libremente que estar apuntado a extraescolares. Afirmamos esto con tanta seguridad porque sabemos que no garantiza que los niños y niñas hablen mejor el inglés, ni que sean mejor deportistas, ni programadores de robótica.

1.- La dificultad de la conciliación

Sabemos también de la dificultad por conciliar, porque las obligaciones de los adultos acostumbran a estar muy alejadas de las necesidades de los niños y niñas (y muy a menudo también de los de los adultos/as). ¿Cómo podemos solucionarlo? Es imposible. El equilibrio entre obligaciones de los adultos y las necesidades de las niñas y niños está muy alejado.

Foto: Jamie Smed en Flickr

2.- Cómo acercarnos a lo que necesitan

Una manera de acompañarlos en este proceso será escogiendo una buena extraescolar dónde el adulto que acompañe les permita jugar libremente, que tenga en cuenta sus necesidades y respete su individualidad y personalidad. Esto no es fácil, pero por suerte cada vez hay más oferta y sobre todo aumentará si hay más demanda.

3.- Escoger extraescolares que no sean competitivas

Un buen ejemplo sería una extraescolar que no sea competitiva, que les permita escoger lo que quieren hacer y que se mezclen por edades, donde los pequeños aprenden de los mayores y al revés... Se nos ocurre una ludoteca o un espacio de juego, donde pueden escoger entre diferentes propuestas no dirigidas.

No saben qué significa apuntarse porque en realidad no saben qué significan nueve meses.

4.- Permitir rectificar y cambiar de opinión

Las niñas y los niños, antes de los ocho años, no saben qué significa apuntarse a una actividad extraescolar porque en realidad no saben qué significan nueve meses, no entienden la durada de un curso. No pueden comprometerse a largo plazo. Por eso tenemos que ser flexibles por dejarlos cambiar de opinión porque rectificar es de sabios.

Foto: Post_Man en Flickr

Como adultos/as, no podemos argumentar que se tiene que cumplir un compromiso. Porque es como si hubieses obligado el niño o la niña a firmar un contrato sin saber leer.

5.- La responsabilidad del adulto

Como adultos/as, es nuestra responsabilidad garantizar que tengan horas de juego libre. Si revisamos una jornada infantil, nos vamos a dar cuenta de que en todo momento están recibiendo instrucciones de lo que tienen que hacer. Sea durante la hora de acogida, en clase, en el comedor... Y durante las extraescolares quizá quieren simplemente jugar a fútbol o baloncesto, o cantar, pero lo que no quieren son órdenes del entrenador o el profesor de canto.

6.- Aprender a decidir y saber qué quieres

¿En qué momento los niños y niñas de hoy en día pueden conectar con lo que necesitan si en todo momento les están diciendo lo que tienen que hacer, incluso durante una extraescolar? ¿Entonces queremos que sean autónomos y puedan tomar decisiones, cuando durante toda la vida las hemos tomado por ellas y ellos?