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28 de Mayo de 2014 Categorías: Especial Jugar i Jugar
¿Conocéis Foldit? Es un videojuego rompecabezas en línea sobre el plegamiento de proteínas. En 2011 los usuarios registrados, jugando de manera colaborativa, resolvieron en tres semanas un problema sobre la estructura de una enzima asociada al virus del SIDA. Los científicos, utilizando métodos tradicionales, no lo habían logrado en 15 años.
Johan Huizinga publicó en 1938 un libro titulado Homo ludens donde afirmaba que el acto de jugar es consustancial a la cultura humana. No hay humanidad sin juego. Desde entonces se ha estudiado mucho la importancia del juego en el desarrollo humano; el juego ya no se considera cosa de niños, es una actividad humana imprescindible a cualquier edad. Ya hablamos de ello en el artículo El jugar no tiene edad, donde reivindicábamos el espíritu lúdico, un espíritu relacionado con la capacidad de aprender y emprender, con la libertad y la felicidad. El juego también tiene una capacidad productiva, como hemos visto con el ejemplo de Foldit.
Esta enorme potencia creativa que tiene el juego no ha pasado desapercibida y desde diferentes campos (márqueting, economía...) se ha intentado aprovechar para objetivos propios a través de lo que en inglés se conoce como gamification y que nosotros llamamos gamificación o ludificación. También las nuevas tendencias pedagógicas han incorporado esta idea y han llevado el juego a la escuela, más allá de la etapa infantil, pero no siempre respetando el auténtico espíritu lúdico.
Nosotras creemos que el juego es la manera que tenemos los humanos de aprender. El aprendizaje escolar a menudo no tiene una utilidad inmediata y obvia, y el principal problema al que se enfrentan los maestros es el de la motivación. El juego, en cambio, es una tendencia natural del ser humano, lleva la motivación incorporada y despierta entusiasmo. Las emociones que se generan durante el juego contribuyen a un aprendizaje significativo. La gamificación en las aulas consiste en la recuperación de un instrumento tan antiguo como el juego para aprender de una manera más efectiva y divertida. Pero – ¡atención! – no convirtamos la gamificación en una técnica fría y centrada en puntuaciones, reglas y resultados que nos harían perder la capacidad liberadora y transformadora del juego.
Si pensamos en el juego como una experiencia global que nos permite conseguir lo que queremos y que hacemos de manera totalmente voluntaria y movidos por nuestros propios intereses, entonces podremos constatar que aprendemos muchas cosas a lo largo de la vida mientras jugamos. Y, a diferencia de lo que hemos memorizado puntualmente para aprovar un examen, cuando hacemos un aprendizaje mediante la experiencia nos quedará grabado y lo habremos integrado para siempre.
Por todo lo dicho, este dia internacional del juego nos gustaría focalizar nuestra mirada en el derecho a jugar en la escuela. Niños y adolescentes pasan muchas horas en la escuela y creemos que acceder a los aprendizajes a través del juego debería ser un derecho. Para que esto sea posible hace falta que maestros y padres tengamos una mirada más amplia sobre lo que significa aprender y lo que significa el juego.
Queremos aprovechar para reconocer la labor de las escuelas y proyectos educativos que hacen posible el juego en el aula – tanto los que conocemos como los que nos quedan por conocer. Damos las grácias a aquellos maestros que, aún desarrollando su trabajo en un contexto educativo adverso, facilitan a los niños la posibilidad de expermientar, probar, equivocarse, volver a intentarlo... En definitiva, les permiten jugar y acceder al conocimiento a través de la experiencia.
Todas las imágenes y reflexiones a pié de foto de este artículo son un regalo de unos cuantos maestros de escuelas cercanas. Ojalá sirvan a aquellos a los que el corazón les empuja a hacer las cosas de una manera diferente en su aula, a los que quizá lo único que les falta es un pequeño empujón, una imagen inspiradora o una reflexión de un compañero que le diga que sí es posible..
Sònia Kliass dijo una vez en un curso de formación al que asistimos: “Ahora que está tan de moda la palabra ecología, haría falta una ecología del juego porque este sí que está verdaderamente en peligro de extinción”.
¡Deseando que el juego entre en las aulas, os deseamos un feliz Dia del Juego 2014!. ¡Juguemos en las aulas! es un artículo que hemos preparado con la colaboración de Elena Ferro
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