Juego simbólico Waldorf

El juego simbólico en la pedagogía Waldorf tiene mucha importancia, de hecho, las aulas de infantil tienen buena parte del aula dedicada al juego simbólico porque ocupa muchas horas del juego de las niñas y los niños en esta etapa de desarrollo. 

La figura del maestro o la maestra es muy importante al respecto en las escuelas Waldorf. Su papel no es el de instruir intelectualmente a los niños y las niñas sino que, mediante su acción, realizando un trabajo concreto delante de ellos/ellas que tenga que ver con su mundo, se apela a las fuerzas imitativas que llevan dentro de forma natural, a ese impulso de aprender a base de una apertura sin igual a lo que le llega del exterior. El maestro o la maestra ayudan a crear ese entorno en el que este aprendizaje se desarrolle satisfactoriamente, ofreciendo experiencias que den seguridad y que les despierten el deseo y la voluntad de realizarlas. 

El juego simbólico aparece al mismo tiempo que se despierta la imaginación y cuando se adquiere un lenguaje más estructurado. El niño o la niña, empiezan a sentir interés por lo que hacen los adultos y las adultas y quieren entenderlo, imitarlo, participar de él, para ensayar y asimilar los procesos de la vida que ocurren a su alrededor. Es una etapa extraordinaria, que se desarrolla básicamente en el primer septenio.

En este momento, a través del juego simbólico, los niños y las niñas son capaces de tender el puente entre el mundo del inconsciente y el mundo real, en el que nos desarrollamos aquí y ahora. Es un camino real hacia su inconsciente, y por tanto, es una herramienta poderosa para resolver simbólicamente problemas que han quedado de alguna forma dentro de ellos y ellas y afrontar muchos otros, también de forma simbólica, que les preocupan en el presente.

Aunque, aparentemente el niño o la niña jueguen para pasar el tiempo y salir del aburrimiento, el juego libre conecta de una forma poderosísima con el interior de cada uno. Así, tenemos que elegir a qué jugar, qué historia armamos, con qué juguetes… Por ello, fijándonos en cómo juegan, podemos ver cómo ellos y ellas interpretan el mundo: cómo le gustaría que fuese, qué cosas han ocurrido, qué les inquieta… ¡Dejémosles expresarse de forma libre!