Casas de muñecas Waldorf

Tenemos en la web varios modelos de casas de muñecas que son totalmente compatibles con la mirada Wadlorf sobre el juego. Por sus materiales, su diseño sencillo y respetuoso con la imaginación del niño o la niña, con acabados suaves y texturas naturales. 

La casita de madera con corteza, por ejemplo, es un recurso precioso para un aula Waldorf o una casa en la que se sigue su filosofía. Tiene un valor específico por el material vivo y natural que aporta: está hecha artesanalmente, con madera pulida y corteza (procedente del reciclaje de procesos de poda), es resistente y sólida, y tiene un diseño abierto y sencillo que permite una gran variedad de usos y posibilidades. Es una objeto que permite entrar en conexión con la naturaleza, ofreciendo un juego pausado. Además, los duendecillos articulados son seres especialmente pensados para habitarla y protagonizar mil y una aventuras.

Igual ocurre con la granja rústica de madera que tenemos en la web, cuyas características la hacen muy afín a la pedagogía Waldorf y es perfectamente combinable con las figuras de animales Otheimer que tenemos en la tienda. Esta granja, a diferencia de la casita, tiene el aliciente de que les permite jugar, además de con personajes humanos, con animales. Los animales son un recurso diferente a las figuras humanizadas en los juegos simbólicos o de roles. En el reino animal ocurren cosas directamente conectadas con nuestros instintos básicos que a los niños y niñas tanto les gustan, que les atrapan y les dejan explorar una parte muy primigenia de su interior.

Las casitas de muñecas, así como las granjas, son un elemento básico del juego simbólico tan importante para la pedagogía Waldorf. Para Jugar i Jugar, es uno de nuestros materiales más valorados porque acompañan muchas fases de desarrollo y son una herramienta fantástica al servicio de la imaginación de los niños y niñas. Las tenemos de diferentes estilos, así como su mobiliario y muñecos articulados adecuados para las casitas.

De entrada, un/una pequeño/a de 2 años está en plena fase de imitación y de movimiento, le gusta hacer todo lo que hacen los mayores: barrer, fregar, quitar el polvo, planchar, tender la ropa, lavar platos, cocinar, etc. ¡Son muy trabajadores! La casita de muñecas, aparentenmente,  le daría la oportunidad de representar todo eso que ve a su alrededor.

No obstante, una casita de muñecas implica tener una buena psicomotricidad fina porque los muebles son pequeñitos, los muñecos también y los espacios para desplazarse dentro de la casita, también son pequeños. Por ello, es mejor esperar a que llegue el momento justo y les veamos preparados/as.