Inteligencia lingüística

Una de esas inteligencias múltiples que describían Gardner y sus equipo, es la inteligencia lingüística (también llamada inteligencia verbal). Ella se refiere a la facilidad con la que una persona es capaz de usar adecuadamente el lenguaje, bien para expresar y entender ideas o bien para conseguir objetivos a partir de esta habilidad.

La inteligencia lingüística no se limita solo a la parte oral, sino que contempla ambas: la oral y la escrita. Gracias a ella, podemos por ejemplo, contar situaciones que nos han ocurrido, contar historias, resumir textos, llegar a conclusiones tras realizar reflexiones más complejas, ampliar de forma rápida nuestro vocabulario o incluso aprender fácilmente otros idiomas. Es, por supuesto, una inteligencia muy desarrollada en personas que se dedican a la escritura o a la poesía, el periodismo, a la oratoria... ya que confiere una gran capacidad de comunicación y de entender y unir símbolos, que obviamente, son claves para la puesta en marcha de estos oficios. 

La inteligencia lingüística se puede estimular a lo largo de la vida, no es algo que nos sea dado en una determinada cantidad en el momento del nacimiento y con lo que tengamos que conformarnos. Pasatiempos tan sencillos como leer buenos libros y de muchos tipos (poesía, narrativa, científicos..), escribir sobre las cosas que nos llaman la atención, conversar con la familia durante la cena, leer en voz alta a los demás… y por supuesto, ¡jugar! 

En este apartado, hemos rescatado de todo nuestro catálogo aquellos juegos que nos parecen más adecuados para desarrollar esta inteligencia lingüística entre los más pequeños y pequeñas, de forma lúdica y atractiva. Para que aprendan a amar las palabras y para que encuentren en ellas el sustento para comunicarse con los demás y entender aquello que les llegue de forma oral o escrita. Un gran regalo, sin duda, para el resto de su vida.