Portes gratuitos a partir de 60 € de compra (en España peninsular). Entrega en 24/48 horas.
Portada del blog
¿A qué no puede jugar a los 2 años?

29 de Septiembre de 2021 Categorías: Especial Jugar i Jugar

¿A qué no puede jugar a los 2 años?

Los dos años son una etapa en la que no dejan de ocurrir pequeños milagros. Parece que todo va deprisa y las conquistas que van sucediéndose marcan grandes pasos en la evolución de las/los niñas/os. Observar, disfrutar, asombrarse, vivir con ilusión cada uno de sus pasos es fascinante y un aprendizaje sobre cómo la vida se abre paso atraída por una llamada de lo lejano.

A esta edad, seguramente que tu hija/o ya ha conseguido algunas de estas cosas: a caminar con soltura y firmeza, así como a desplazarse y sentarse de forma segura. Esto le habrá dado una gran autonomía y al dominar la postura erguida, habrá podido empezar a usar sus manos para transportar objetos, cambiar la realidad que le rodea. Arrastrar, empujar, vaciar y llenar, transportar, encajar...  

También habrá empezado a imitarte, ¿verdad? ¿Y qué me dices del orden?. Es posible que cuando tú dejes la luz encendida, quiera apagarla, bajan la tapa de WC, cerrar puertas... En definitiva, busca comprender el mundo y necesita ordenarlo para elaborar conceptos mentales lógicos de sus estructuras.

En esta fase son absolutamente concretos, no existe lo abstracto ni la imaginación, que aparecerá mucho después. Sin embargo, desde que nacemos, la música y la expresión artística en general está presente de forma casi innata, acompañada del movimiento corporal, que seguramente esté muy presente en su juego principal.

Pero, ¿a qué no pueden jugar, qué es lo que no pueden asumir a esta edad?

También nos parece interesante destacar aquí una serie de cosas que no podemos pedirles a las niñas y los niños de dos años y que a veces se nos escapan.

No les podemos pedir que compartan:

Es muy difícil para ellas/ellos compartir lo que es suyo, sobre todo si se trata de un juguete que están usando en ese momento, porque están en una edad en la que acaban de aprender a decir “yo” y a construir su identidad. Lo más importantes son ellas mismas y ellos mismos, no pueden salir de ahí fácilmente. En este contexto madurativo, pedir que compartan juguetes a esta edad es como pedirnos a nosotras que corramos una maratón sin haber entrenado nunca. ¡Imposible! En cambio, si que pueden compartir un trozo de pastel, o un sobro de su vaso de agua, con eso no tendrán problema. 

No pueden jugar a juegos de rol:

Si los observáis cuando están con otros niños y niñas de la misma edad, suelen interactuar, pero no suelen asignarse roles (yo soy la mamá y tu el bebé, por ejemplo). Eso ocurrirá un poco más adelante ya que por el momento, sus interacciones con otras personas serán cortas y luego cada uno irá a hacer sus propias cosas. 

No pueden jugar a juegos con normas:

Por ejemplo, los juegos de mesa. Podemos usarlos  de forma no estructurada, para charlar o aprender vocabulario nuevo, pero a esta edad  todavía no puede seguir normas porque justo están intentando integrar la complejidad del lenguaje. Pedirles que esperen turno repetidamente en un juego con normas es imposible, les faltan muchos años para adquirir esa habilidad. Suele ser al final una actividad más frustrante que divertida, ¿qué necesidad hay entonces? Ya llegarán los momentos de grandes partidas alrededor de la mesa, no corramos.

Tampoco les podemos pedir que no se comporten como verdaderas/os científicas/os:

Probablemente ya sepan que la pieza redonda va en ese orificio concreto, pero quieren probar si también va en el cuadrado. De igual modo que se van a querer poner los zapatos grandes, se van a querer sentar en una silla tamaño miniatura o van a intentar todo lo que no es políticamente correcto, aunque parezca que tienen de antemano la respuesta. 

Según nuestro punto de vista, es importante no corregir eso porque están poniendo en práctica el método científico paso a paso. Primero hacen su auténtica hipótesis: ¿entra la pieza redonda en el cuadrado? Luego pasan a la experimentación pura y dura: intentan meter la ficha en el orificio cuadrado.  Y finalmente, sacan sus conclusiones: “no cabe, lo he probado de diferentes maneras y no entra”. Y así, con todo, todo el día, ¿no es esto maravilloso? Nuestra recomendación es que evitemos corregirles y mostrarles el camino con frases del tipo “nooo cariño, esta pieza va aquí, ¿lo ves?”. La curiosidad y la experimentación es un regalo de la naturaleza, ¡dejemos que lo disfruten!

Para finalizar, solo queremos hacer especial mención a que cada niño y cada niña es un mundo y que no todos y todas evolucionan de la misma manera, ni tienen las mismas habilidades. Toda la información aquí recogida es puramente orientativa, un resumen super esquemático de algo tan complejo como la infancia, y no intenta ser un patrón de la normalidad, si es que eso existe. Delante de nuestros ojos se despliega la vida, en miles de formas y ritmos, ¡qué belleza más grande!

El juego es una puerta extraordinaria para entender y acompañar la evolución de cada pequeña/o con alegría y respeto. Antes de corregir, de guiar, de enmendar lo que están haciendo, contemos hasta diez o veinte si hace falta y preguntémonos qué hay detrás de cada una de sus acciones. Normalmente, el juego atiende a una necesidad imperiosa de entender el mundo y relacionarse con él, así que ¡dejémosles fluir! Y dejemos que su gran misterio les guíe en su crecimiento y maduración. ¡Qué gran favor les haremos!, ¿no os parece?

Añadir un comentario

¿Necesitas ayuda?

Si tienes cualquier duda sobre productos, envíos, entregas, etc. mira en preguntas frecuentes o contacta con nosotros:

Te atenderemos de lunes a viernes de 8:00 a 15:00 hrs.