LOS NIÑOS SIEMPRE JUEGAN Y SIEMPRE JUGARÁN... AFUERA

Foto de Jugarijugar

Salir afuera, coger aire profundamente, llenar los pulmones y sonreír, sobretodo sonreír, y es que salir afuera nos genera alegría y bienestar. Los niños y niñas juegan afuera, lo hacen siempre que les dejamos, ya que el tipo de vida actual y la no disponibilidad de espacios abiertos y naturales se han convertido en un obstáculo para el juego infantil. De hecho estamos contaminados por no salir afuera, ya lo dijo Richard Louv cuando habló del trastorno por déficit de naturaleza, porque acostumbramos a pasar más tiempo bajo un techo que respirando aire puro. Salir afuera tiene muchos beneficios, más de los que nos imaginamos: reduce el estrés, mejora la visión, la capacidad cognitiva, la creatividad y la resolución de conflictos, mejora la atención y las relaciones sociales… Salir a jugar afuera nos proporciona lo que muchos han llamado vitamina G (de “Green”, verde en inglés). 

Foto de Jugarijugar

Pero, ¿qué hace una niña o un niño cuando juega afuera? ¿Qué encuentra? ¿Qué aprende? La respuesta es fácil: de todo y todo. El exterior es el mundo y todo lo que aprendemos lo hacemos sobre el mundo. ¡Qué sentido tiene explicar a los niños/as lo que pasa afuera cuando pueden descubrirlo y experimentarlo por ellos mismos! Afuera encontramos los colores, las leyes físicas, química, arte, geografía, lenguaje, cálculo, biología, música, geología, geometría, medidas, movimiento… Y todos los beneficios del aire libre. Los niños y las niñas, afuera, se sienten libres, llenan el espacio con su cuerpo, con sus juegos y su voz; se esconden, trepan, ruedan, se ensucian, crean... ¿Recuerdas la primera vez que te subiste a un árbol? Son inimaginables los procesos que se realizan cuando se sube a un árbol: se desarrolla el sentido del equilibrio, la coordinación del ojo y la mano, se desarrolla el sentido espacial, el control de uno mismo… y la satisfacción de estar arriba, de subir arriba, porque subir, para los niños y las niñas, quiere decir crecer y conquistar el mundo.

Foto de Flickr - Travis Swang 

Actualmente vivimos en la sociedad de la inmediatez, donde las cosas son rápidas; pero la naturaleza es lenta, requiere su proceso y su tiempo. Las niñas y los niños también, y jugar afuera les proporciona una experiencia pausada de la vida.

Los niños y las niñas están conectados a la naturaleza, al mundo orgánico vegetal y animal, disfrutan de la libertad y hacen suyo el mundo, nuestro mundo; por eso los niños y las niñas siempre juegan y siempre jugarán afuera.

Porque salir afuera quiere decir estar dentro de la naturaleza humana.

Jenny Silvente