¡Ya sé quienes son los Reyes!

Ya está aquí la Noche Mágica de Reyes y, como hemos hecho en otras ocasiones, queremos compartir con vosotros algunas reflexiones sobre este momento que despierta tantos sentimientos y tantas emociones. Este año os queremos hablar de la experiencia de acompañar a nuestros hijos cuando descubren quienes son los Reyes.

A veces los padres consideran que los niños ya son demasiado mayores y les comunican solemnemente el final de una etapa o aprovechan cualquier duda expresada por los niños para aclarar el misterio. En otras ocasiones son los niños los que lo descubren por si mismos y a los padres les sabe mal: “¡Este será el último año! ¡Qué pena que ya lo sepas!”. ¿Se ha acabado la magia? ¡Ni mucho menos!
Cuando los niños se preguntan si los Reyes existen o no, quizá la respuesta más acertada es “¿y tú qué crees?”. Normalmente los niños responden lo que están preparados para creer y sentir, y está bien respetarlo, independientemente de la edad que tengan. 
En cambio, cuando un niño afirma “yo ya se quienes son los Reyes”, no hace falta hacer más preguntas ni intentar reconducir la situación. Ellos lo saben e incluso se sienten orgullosos de haberlo descubierto. Este no debe ser un momento de tristeza o decepción sino un momento precioso que hay que aprovechar. Cuando nuestros niños superan una etapa los adultos tenemos que hacer el ejercicio de vivirlo con alegría porque es reconfortante saber que forma parte de su proceso madurativo. 

Què podem fer?

Quizá ya conocéis una carta que hace años que circula por Internet, que explica cómo se convirtieron los padres en los encargados de hacer llegar los regalos a los niños. De esta carta cada uno puede hacer su propia versión; nosotras, por ejemplo, la adaptamos a nuestras propias creencias y poniendo peculiaridades de nuestros hijos para que los niños se sintieran identificados con la historia. 

También podemos acompañar el momento invitando a nuestros niños a una merienda especial, dándole importancia y solemnidad al hecho de haber superado una etapa más, y hacerles saber de esta manera que nos hace felices estar con ellos en este momento. 

Cuando los niños lo saben empieza una nueva etapa en la que ellos pueden y quieren participar de la noche mágica. Por ejemplo, si tienen hermanos pequeños, normalmente les hace una gran ilusión escoger los regalos porque hay que reconocer que a menudo ellos saben mejor que nosotros qué quieren y necesitan sus hermanos. 
Descubrir quienes son los Reyes es tomar consciencia del significado de hacer un regalo y de los sentimientos que de este acto se desprenden. Quiere decir interesarse por la persona que quieres, conocerla, saber qué le gusta o qué necesita, escoger, en muchos casos hacer un esfuerzo económico y, finalmente, experimentar el enorme placer de dar.

Hace poco leímos una noticia en el periódico que explicaba los resultados de un estudio hecho por una universidad inglesa. Los humanos somos la única especie de la Tierra que hace regalos; otros mamíferos con el cerebro muy desarrollado, como los primates, los elefantes o los delfines, no regalan nada. Durante el estudio hicieron el experimento de dar a unas cuantas personas cincuenta euros para gastar y les pidieron que los gastaran en lo que quisieran. El grado de felicidad de las personas que habían comprado regalos para familiares o amigos era mucho mayor que el de aquellos que se habían comprado cosas para si mismos. Así pues, la investigación demostró dos cosas importantes: que solo los humanos nos hacemos regalos y que ello nos hace felices. 

La Noche de Reyes, sin embargo, como el resto de celebraciones, va mucho más allá de la felicidad asociada al acto de regalar. Lo que recordaremos es el calor y la emoción compartida, y es esto lo que hay que preservar. Por eso estaréis de acuerdo con nosotras en que lo más importante es mantener viva la ilusión y esto solo se puede conseguir si aceptamos que la Noche de Reyes ha sido y será siempre una Noche Mágica. Únicamente la magia puede hacer que tanta gente participemos de ella con tanta alegría.