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JUGAMOS EN CASA DE LA CASITA DE WENDY

26 de Febrero de 2019 Categorías: Crónicas del juego

JUGAMOS EN CASA DE LA CASITA DE WENDY

Hoy estamos en casa de Inés, Miguel y Valentina. Inés es diseñadora y conocemos y admiramos su proyecto, la Casita de Wendy, desde hace años. Nos hace especial ilusión visitar su casa en Madrid para que nos cuente su visión del juego y tenemos muchas ganas de conocer a Valentina, su hija.

¿Qué edad tiene Valentina ?

Acaba de cumplir 8 años

¿A qué juega vuestra hija? ¿Sube mucho al taller a jugar?

Ahora está en una fase muy chula de jugar. Antes le costaba hacer cosas sola y nos pedía mucho que jugaremos con ella, pero ahora se sube a su habitación a escribir textos secretos, a hacer pequeños inventos o a jugar con sus tesoros… También sube a mi taller a investigar, porque sabe que hay mucho espacio y muchas cosas interesantes; sobre todo le gusta subir cuando viene alguna amiga y se crean sus historias y sus escenarios allí.


Valentina es una niña entrañable, tiene una capacidad de juego enorme y disfruta con muchos estilos de juego distintos. Aquí nos enseña un cuento en el que hay que encontrar pequeños detalles con una lupa.

Y tú Inés, ¿a qué jugabas de pequeña?

Yo jugaba muchísimo a imaginar cosas, hacía teatritos con las muñecas, construía mundos en mi habitación usando todo lo que tenía alrededor. Era muy imaginativa y no paraba de organizar juegos para amigas, actuaciones, disfraces…

Siempre he sido muy sensible y cuando jugaba a imaginar cosas las vivía como si fueran reales, así que era maravilloso.

Todavía recuerdo juegos de imaginar que mi habitación era una selva y que yo tenía una cabaña, y cuando salía de la cabaña, me daba miedo de verdad…y veía con claridad la maleza, las plantas, los animales…

¿Crees que a lo que jugaste de pequeña te ha influido en tu actual trabajo?

Sí, mucho, la verdad es que me hice un mundo propio y creo que todavía sigo en él ^_^

Valentina está totalmente familiarizada con el trabajo que se hace en el estudio de inés, se relaciona con naturalidad con todos los materiales que hay allí. Telas, hilos, paletas de color, todo ello también forma parte de su imaginario.  No podemos evitar pensar en la fortuna que debe ser crecer en un entorno creativo, en el que la imaginación produce algo que luego las manos hacen realidad y que acaba vistiendo a personas que no conoces.

¿Cómo crees que influye en el juego de Valentina el hecho de ser hija única y cómo esto os afecta en su acompañamiento?

Al ser hija única, ha sido un poco complicado el tema del juego porque hemos jugado mucho con ella siempre, sobre todo Miguel. Él ha sido su animador personal y todas las tardes las ha dedicado a llevarla de un sitio o a otro y a jugar mucho con ella en casa, en el parque, patinando…

Parece una situación ideal pero hubo un tiempo que eso nos llevó a que Valentina no pudiera jugar sola nunca y nos pidiera constantemente que jugáramos con ella, y cuando no podiamos, se convertía en una presión para nosotros.

Pero hace un año o año y medio, ha dado un giro muy grande y ahora tiene un mundo interior precioso, escribe diarios y planes que quiere hacer, tiene cajas con tesoros y códigos secretos, pinta, lee, se disfraza mucho, juega con sus cosas y con lo que encuentra…

Colección de minerales y cristales y piedras que ha cogido por la playa, nos los ha enseñado con detenimiento y nos ha regalado uno a cada una.

Ha dado un cambio también porque nosotros poco a poco la hemos ido invitando a jugar sola, empezando algo con ella y dejando que lo acabe, por ejemplo.

¿A qué es a lo que más le gusta jugar?

Disfruta con todo: juegos de mesa, organizar sus cosas, escribir, leer, disfrazarse, hacerse cabañas…

Sabemos que los fines de semana os encanta ir a la casa de campo, ¿qué diferencias veis en el juego de Valentina en la naturaleza o la ciudad?

En el pueblo es que tiene un plan precioso. La casa está en una aldea que no tiene apenas coches y está rodeada de naturaleza. Allí tiene una pandilla de amigos y se pasan las horas fuera de casa a su aire, montan picnics, han hecho una cabaña que van mejorando y arreglando, cogen las bicis, patinan, hacen películas (con la ayuda de Miguel), se disfrazan, juegan con palos, charcos, ríos…mucho juego al aire libre y con sus amigos. Además, casi siempre sin padres y en libertad.

Como es hija única sus amigos del pueblo es lo más parecido a unos hermanos que tiene. Cuando estamos allí come, cena y a veces incluso duerme con ellos. Aprende a compartir, a empatizar y resolver conflictos con otros niños de forma más cotidiana. Y encima, en un entorno de naturaleza que siempre les inspira juegos y aventuras.

¿Qué cuentos le cuenta Miguel a Valentina? ¿Cómo de importante creéis que es ese momento del cuento?

Todas las noches leemos con ella, sobre todo Miguel que es el que la suele acostar. Leen todo tipo de cuentos; cuando está cansada algo ligero, un álbum ilustrado (como los que edita Kireei que son maravillosos), y otros días cuentos sin dibujos para que Valentina practique la lectura y la imaginación. Ahora están Leyendo “Jim Boton y Lucas el maquinista” y van poquito a poco.

En este momento se produce un momento mágico, Valentina nos canta la canción del libro Nanukita, del que Miguel, su padre, es coautor. 

¿Crees que el universo de Valentina se ve influenciado por el aire de creatividad que se respira en vuestra casa?

No soy muy consciente de esto, supongo que sí, pero no lo sabría decir porque para mí la creatividad es algo cotidiano y normal. No sé cómo son otras casas o cómo educan a otros niños.

Sí es cierto que noto que está desarrollando mucho sentido del humor, es muy bromista y quiere siempre reír y gastar bromas, esto es muy de nuestra familia (Miguel y mía). También le atrae mucho la estética, los colores, las formas, observa mucho las cosas y eso supongo que también es muy nuestro…Siempre está diciéndome: “mira mamá, qué bonito esto”. Y recientemente, usa una palabra que me encanta: “mira mamá, qué detalloso esto”, cuando algún dibujo tiene muchos detalles o está muy bien hecho.

Hemos traído unas plumas de colores con nosotras y Valentina en un momento las ha colocado en el orden del arco iris, después ha cambiado el orden y ha hecho círculos de color y una mandala.
Y finalmente, le ha pedido a Inés que se las colocara en las coletas.  Se ve claramente que Valentina es una niña muy familiarizada a los materiales no estructurados y encuentra recursos para jugar e inventar un mundo con las cosas más simples. 

¿Qué hacéis con un juguete o un material que no ha tenido éxito en vuestra casa?

Lo solemos regalar a alguien que lo quiera para sus hijos. Siempre le pido a Valentina que sea consciente de lo que pide que le compremos, que piense si lo va a usar, etc… y muchas veces le propongo que haga repaso de lo que tiene y que saque las cosas que no usa y que quiere regalar.

Desde niña no hemos querido que entre en la rueda del consumo y apenas hemos ido con ella a tiendas, porque nos parece abrumador. Intentamos comprar desde casa online y pensando bien qué va a querer, buscando cosas concretas.


Por toda la casa encontramos pequeñas obras de arte, ilustraciones, juguetes artesanales, dibujos de Valentina, realmente es un hogar en el que se respira creatividad. Miguel es pintor y en las paredes también encontramos algunas obras suyas. 

Quizás esa es la razón por la que le importan poco las cosas materiales y los objetos. El año pasado vivimos una experiencia que incluso era exagerada: una día en el centro de Madrid decidí entrar con ella en una tienda de esas que tienen mil cosas de purpurina y agendas y unicornios y de todo, y le dije que le compraba algo, lo que quisiera. Recorrimos la tienda entera y todo le encantaba, pero luego decía: “pero ya tengo una agenda”, o “luego con eso no voy a jugar”. Total, que salimos de la tienda con un juguete para el gato. Me quedé alucinada porque yo quería comprarle algo y ella no quiso nada, jajajajaja.

Sin embargo, este año ha cambiado mucho y ahora sí que pide un poco a lo loco de todo, supongo que como todos los niños. Lo de que no quisiera nada me encantó, pero hasta me preocupó, jajajaja.

¿Fue para vosotros importante la decisión de la escuela a la que va Valentina?

Si, muy importante, queríamos que estuviera en un colegio que fuera como un hogar, sobre todo porque entró muy pequeñita, con 3 años.

¿Por qué elegisteis educación Waldorf?

La elegimos por muchos motivos. Primero conocimos el cole, porque estaba cerca de casa y fuimos a verlo. Ya de entrada, no tenía nada que ver con el resto de colegios, ya que tiene un bosque dentro, cabañas en los árboles, mucha vegetación y un ambiente hogareño en las clases con suelos de madera, juguetes de madera, etc…

Algo que siempre nos ha gustado mucho de los colegios Waldorf, es la importancia que tiene la educación artística. Los niños y niñas cantan, tocan la flauta, bailan, pintan y en todas las disciplinas se utilizan materiales de muy buena calidad.

Los colegios que hay cerca de nuestra casa son estéticamente como cárceles, todos de hormigón y patios de grava sin plantas. Todo eso nos parece ya de entrada algo contrario a la idea de “acoger" a la infancia y no entiendo cómo no se cuida que los niños estén en un lugar inspirador y acogedor cuando pasan tantas horas allí.

Pero obviamente, esta no fue la razón por la que decidimos llevarla a este colegio Waldorf, si no porque nos informamos de la pedagogía y nos gustó mucho. Es una pedagogía centrada en el ser humano, en cuidarlo y acompañarlo en su crecimiento, no piensa de forma productivista ni trata de crear trabajadores. Es algo largo de contar, porque aprenden jugando, no hay presiones, ni exámenes, ni libros de texto…Ellos aprenden de una forma muy activa, creando sus libros y cuadernos, le dan mucha importancia a la naturaleza, a las emociones…En fin, que nos encanta el colegio y ella es felicísima allí. Tanto que en vacaciones siempre nos dice que echa de menos su colegio.

Y así nos tiene Valentina, un tanto fascinadas contándonos todo lo que le gusta, la lista empieza por la música, le encanta Michael Jackson, la película de ET, inventarse normas de los juegos, hacer cabañas cuando van amigos a casa, ir a pasear por el bosque…  nos da la impresión de que podríamos quedarnos todo el fin de semana y ella no pararía de contarnos cosas. 

¿Y ahora que está en primaria, habéis tenido dudas de continuación con este tipo de educación?

Bueno, cuando entró en infantil teníamos ciertas dudas de si seguiría en primaria. La gente nos decía que, al ser una educación distinta, iban más lentos en el aprendizaje abstracto (lengua, matemáticas etc…) y no sabíamos bien si eso sería bueno o la acomplejaría con respecto a otros niños.

Pero lo cierto es que al final estaba tan contenta con sus amigos y profes que nos pareció lógico dejar que continuara allí. Y creo que hemos acertado. Valentina es muy emocional y cualquier presión la bloquea, de modo que aprender sin presión y jugando está haciendo que le guste mucho aprender y lo haga felizmente.


¿Tú crees que el juego hace un mundo mejor, nos hace más felices?

Creo que sí. Creo que vivimos en una sociedad que no valora lo suficiente el juego, lo considera una pérdida de tiempo y solo se permite a la infancia hacerlo. Pero tampoco demasiado, porque enseguida hay deberes, tareas, extraescolares…y un intento por hacer que los niños dejen de jugar y comprendan “la realidad”.

Pero el juego es el aprendizaje puro, es así como aprendemos de nuestro entorno, es como aprendemos a convivir, como desarrollamos nuestras ideas, como investigamos, como creamos… En el colegio de Valentina se la da muchísima importancia al juego, en infantil casi no hacen otra cosa, y es en el juego donde los niños aprenden de verdad.

¿Qué significa el juego para ti?

Yo soy muy jugona, no tanto de jugar como los niños, si no de tomarme la vida como un juego y disfrutarla. He transformado aquellos mundos que hacía en mi habitación en mi propia vida, sigo tomándomela como una fantasía sin muchas normas y en la que todo es posible. Reconozco que esto choca muchas veces con el mundo adulto organizado, responsable, etc…pero me gusta crear un pequeño oasis ante tanta realidad. Sigo jugando.


Esperamos que os haya gustado mucho la entrevista y que hayáis disfrutado de este paseo por el juego en La Casita de Wendy. ¡Hasta la próxima!

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