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Los bloques de construcción de inspiración Waldorf son, por supuesto, bloques de madera natural o teñida, nunca pintada. Las piezas suelen tener formas orgánicas, que apelan a la naturaleza y los colores suelen corresponderse con la gama del...
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Los bloques de construcción de inspiración Waldorf son, por supuesto, bloques de madera natural o teñida, nunca pintada. Las piezas suelen tener formas orgánicas, que apelan a la naturaleza y los colores suelen corresponderse con la gama del arco iris o ser de tonos suaves, apastelados. La elección de los colores es muy importante a la hora de escoger un juguete para un niño o una niña y la pedagogía Waldorf lo tiene muy presente, así como lo hemos tenido nosotras a la hora de seleccionar los materiales para esta sección.
El color incide de pleno sobre nuestras percepciones y sensaciones, y por supuesto, genera una reacción inconsciente en el niño y la niña. Lo colores de sus juguetes, de su ropa, de su cuarto de juegos… todo incide de alguna forma en sus experiencias.
Hay mucho estudiado sobre el color. Quizás, merece la pena resaltar en este caso a Johann Goethe y su Teoría del Color, que fue un gran hombre de letras pero también un gran investigador sobre este tema. Según sus estudios, él mantenía que la percepción del color no es una cuestión puramente física de captación de la luz, sino que en dicho mecanismo entran en juego variables de aspecto subjetivo.
Desde este posicionamiento, Goethe sostenía que de forma generalizada, se podría decir que los colores cálidos estimulan la mente, alegran y aportan energía, mientras que los colores fríos inspiran calma, aunque también pueden tener un efecto depresivo en la persona que los recibe. Intentó a través de sus investigaciones y experimentos, comprender las reacciones humanas ante los diferentes colores: la calma que proporciona el azul, la alegría que emana del amarillo, la sociabilidad que desprende el naranja… en un entramado de sensaciones determinadas por reacciones inconscientes y asociaciones (también inconscientes) de cada color con determinados fenómenos físicos.
La subjetividad forma parte de la percepción por eso, ante un mismo objeto pintado de negro o de blanco, el tamaño que percibimos del mismo es diferente. Él hacía referencia a que cuando miramos fijamente un objeto de color durante un tiempo determinado, posteriormente podremos percibir en la retina dicho objeto pero en su color complementario. De hecho, hay algunos estudios que apuntan a que los niños y niñas pequeños/as, solo ven los colores complementarios cuando miran un objeto.
A la hora de elegir un juguete, la pedagogía Waldorf recomienda que, o bien sea de color madera, o bien tenga una única gama de color. De esta forma, el niño o la niña son capaces de hacer una abstracción mental y verlos como un todo, como una unidad completa y no por trozos, como pasaría si fuera de muchos colores diferentes inconexos.
En caso de haber diferentes colores, como es el caso del Arco Iris Waldorf, es importante que tengan un argumento, que reflejen una realidad con la que el niño o la niña puedan conectar, en este caso, la degradación de colores, así como es nuestro espectro emocional. Juguetes en blanco y negro, por ejemplo, reflejan dos colores extremos sin ofrecer las gamas intermedias, lo que no acompaña al sentir el niño o niña.
El hecho de que sean piezas o bloques de construcción de madera, también es importante para la pedagogía Waldorf. Este material hace que sea un juguete que pese, que guarde relación lógica entre su peso y su volumen, y esto lo hace presente de una forma muy diferente a la que lo serían unos bloques de construcción ligeros de plástico. El plástico es un material frío, despoblado de texturas, olores, irregularidades al tacto… que no dice nada de la naturaleza. No habla de ella y por tanto, según la pedagogía Waldorf, no estimula la creatividad o fantasía del niño o la niña.
Es además un material robusto, haciendo que perdure en el tiempo y pueda acompañar al niño o la niña de forma evolutiva a medida que su juego va cambiado. Incluso, permite que puedan pasar entre generaciones para seguir disfrutándose muchos años, ahorrando tanto en coste económico como en recursos a nivel mundial.
Los bloques de construcción de la marca Grimm’s suelen ser de los más utilizados en las familias y escuelas Waldorf, junto con bloques de corcho y de madera con corteza de la marca Magic Wood. Además, es interesante combinar estos materiales de construcción con pequeñas figuras humanas o de animales para darle contexto y sentido a las construcciones de los niños y niñas.
En esta sección, encontraréis esta forma de ver el mundo de las construcciones. Hay muchísimo material para construir, pero hemos querido hacer un apartado cuidado y mimado, escogiendo aquellas cosas de todo nuestro catálogo con las que las familias y escuelas que seguís los principios de la pedagogía Waldorf os sintáis como en casa.
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